por Roberto Morejón
La industria cubana del turismo, cuyos ingresos crecieron en el primer semestre 15% en relación con igual período de 2015, representa un resorte para acarrear al resto de las ramas de la economía y fomentar los encadenamientos productivos.
La denominada industria sin chimeneas reportó entradas por más de 1 200 millones de dólares en los primeros seis meses del año y se reafirmó entre las de más aportes de divisas, superada por la exportación de servicios.
El salto de la también llamada industria del ocio abarca los montos procedentes de la recreación, alojamiento y transporte, de los que se sirvieron más de 2 millones 147 000 visitantes entre enero y junio para un avance de 11,8%.
El ascenso del turismo ilustra la necesidad de su contribución a crear los encadenamientos productivos, a fin de potenciar las medianas y pequeñas empresas y extraer el máximo a cada entidad y rama.
Por su efecto multiplicador, el turismo puede ayudar en ese sentido al estar en condiciones de desarrollar otras áreas a través de los
enlaces.
Uno de los primeros acoplamientos con cierta experiencia en Cuba es el de la agricultura y los hoteles, cuyos gerentes buscan hortalizas, frutas y otros alimentos en empresas, cooperativas y fincas agropecuarias.
Las autoridades del país y los gobiernos locales incentivan la concatenación de los diversos eslabones de la cadena agroalimentaria ante sus producciones deficitarias.
Se busca sincronizar temporalmente los resultados de todos y producir y suministrar lo requerido en cada etapa del año.
El enfoque de las cadenas de producción y de valor, susceptibles de extender más allá de la agricultura, representa una filosofía de trabajo todavía no incorporada suficientemente por empresarios de base.
Pasan por alto de que representa un elemento clave en las estrategias de desarrollo de un país que cuenta a favor de la iniciativa la presencia de fuerza técnica y profesional, aunque faltan insumos.
Para fortalecer la estrategia, el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera incluyó como aspectos decisivos en la tercera actualización de su cartera de negocios la generación de encadenamientos productivos, junto al cambio de la matriz energética del país y el progreso tecnológico.
A su vez, los directivos de la Zona Especial de desarrollo de Mariel, también buscan captar mayores ingresos a partir de sucesiones productivas con la economía doméstica.
El diseño de esos planes perfila que las cadenas de suministros deben funcionar con un enfoque de servicio al cliente final, con garantías de calidad.
Las inversiones en esa dirección y el turismo actuarán como motores impulsores.
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