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miércoles, 19 de agosto de 2015

Cuba-EE.UU. y los nuevos escenarios de la contrarrevolución

La bandera norteamericana, en el enclave que hoy ocupa la ilegal Base Naval de Guantánamo, un triste, y hasta ahora todavía imborrable, recuerdo de la Enmienda Platt. La bandera norteamericana, en el enclave que hoy ocupa la ilegal Base Naval de Guantánamo, un triste, y hasta ahora todavía imborrable, recuerdo de la Enmienda Platt.
Cierta contrarrevolución considera el hecho histórico del pasado 14 de agosto como otra oportunidad para «reciclarse» en los «nuevos escenarios».

Mientras una parte de la contrarrevolución cubana se rasga la ropa o simplemente se cae a puñetazos en Miami por el izamiento de la bandera de Estados Unidos en su embajada en Cuba, otra, presuntamente más moderada, considera el hecho histórico del pasado 14 de agosto como otra oportunidad para “reciclarse” en los “nuevos escenarios”.

 por  M. H. Lagarde



En este último caso se encuentra sin dudas el agente de la CIA Dagoberto Valdés, quien, desde las páginas del sitio digital contrarrevolucionario 14 y medio, asegura en un artículo titulado “Los nuevos escenarios”, que “el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos nos ha hecho traspasar el umbral de la era post-revolución y comienza la era de la post-confrontación”, en donde los cubanos, “dejando fuera bandos y partidos (…)”, abrirán “una puerta a la tolerancia, al diálogo y a la negociación”, por lo que “se presenta el chance inigualable para ser nosotros mismos y pisar fuerte sobre nuestras diferencias para izar sobre ellas la bandera de la unidad en la diversidad”.



Según Dagoberto Valdés, el izaje de la bandera norteamericana en la embajada de ese país en La Habana, cual si se tratara de la subida de un telón, abre el escenario de una nueva era de confusión en donde los hasta ayer anexionistas a sueldo, ahora disfrazados nada menos que de verdaderos patriotas, nos proponen enterrar las ideologías que “conducen a las dictaduras”.



Por obra y gracia del discurso de Kerry en La Habana, ¿habrá dejado Dagoberto Valdés de ofrecerle sus servicios a la Compañía? Al parecer no. Según el articulista de 14 y medio: “El cambio de política y la venidera normalización de relaciones internacionales, y no solo con Estados Unidos, crearán las condiciones para que, por un lado, los cubanos dejemos de esperar de fuera lo que debemos hacer nosotros dentro. Para que los cubanos dejemos de exigir a un Gobierno extranjero que le exija al nuestro lo que nosotros debemos exigirle”.



¿A qué cubanos se referirá Valdés? Que yo sepa, el pueblo cubano y la gran mayoría de los países del mundo, lo que no se han cansado de exigirle durante décadas al gobierno extranjero de Estados Unidos es el fin del bloqueo, el cual, por cierto, sigue intacto, a pesar de las aperturas de embajadas y los izamientos de banderas.

 

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