por Roberto F. Campos
Un curioso restaurante habanero atrapa a viajeros sobre todo de Europa que por estos días recorren las calles de la capital cubana, su peculiar nombre es Bigote Gato.Con este singular nombre, los comensales caen en la madeja de la historia y las celebridades de antaño, para terminar en una rústica mesa y ante la alegre atención de jóvenes que explican a los visitantes las peculiaridades de ese lugar.
Bigote Gato fue un personaje de mucho relieve para el turismo y la gastronomía cubanos. Alguien con garbo, estilo e inteligencia, creador de un club de noctámbulos y un famoso bar de La Habana.El apodo le llegó por un amplio mostacho en punta, conocidos en su época como de manubrio, quien además tocaba su cabeza con una boina roja, asturiano con quien este periodista pudo conversar en 2001, a sus 91 años de edad, dos antes de su muerte.
Para las nuevas generaciones ese apelativo no significa nada, incluso tampoco lo conocen los turistas que visitan la capital cubana, sin embargo, este pintoresco personaje fue célebre en los años 40 y 50 del pasado siglo, y hoy un bar con su nombre renace día a día.
Bigote Gato (nunca Bigote de Gato) era un asturiano considerado por algunos en su época como loco, y por otros como empresario sumamente inteligente que aprovechó su carácter, temperamento y los otros personajes que le rodearon.
En enero de 2014, reapareció por tanto el Bar Bigote Gato, en la esquina de Teniente Rey (Brasil) y Aguacate, en La Habana Vieja. Se trata de un lugar pequeño para unos 30 parroquianos, que intenta emular con el establecimiento original en cuanto a intimidad.
El 'nuevo' bar, ocupa una vivienda del siglo XIX, rescatada de sus ruinas, a una cuadra del lugar donde originalmente estaba el Bigote Gato (Teniente Rey No.308 entre Aguacate y Compostela).
La Habana Vieja, declarada en 1982 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco está siempre en constante ebullición. La Oficina del Historiador (Eusebio Leal) lleva la batuta en una recuperación de lugares como este.
Una estrategia de rescate, historia, mitos, leyendas y buen servicio, se aúnan a los encantos urbanos, mezcla de moradas de otros tiempos recuperadas para el turismo, callejones sinuosos, gente de mucho colorido y espiritualidades diversas.
En esa amalgama se encuentra el Bigote Gato, estirpe que tiene un recio vínculo entre cubanos y españoles, pues el personaje que anima la historia era asturiano.
El nombre real de Bigote era Manuel Pérez Rodríguez, y algunas versiones lo señalan con un nacimiento el 13 de diciembre de 1910 en Santulano de Las Regueras, Asturias, aunque incluso el propio Bigote se reconocía de Candamo, en la propia región española.
Bigote llegó a Cuba en 1924 para convertirse en comerciante de éxito, quizás el empresario más famoso de la historia de este país.
Por demás, su fama fue rotunda al inmortalizarlo una canción interpretada por el célebre puertorriqueño Daniel Santos, donde mencionaba 'Bigote Gato es un gran sujeto que vive allá por el Luyanó', pieza de la autoría del cubano (Cienfuegos) Jesús Guerra.
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