El proyecto de ley, que el gobernador Greg Abbot, miembro del Partido Republicano, se comprometió a firmar constituye un paso hacia atrás, a los tiempos del lejano oeste cuando el más rápido en desenfundar y disparar podía equipararse, o ponerse por encima, del más notable de los ciudadanos.
Fuente:Radio Habana Cuba
Según la iniciativa, tener un arma en los dormitorios, los salones de clase y otros lugares universitarios puede ser algo tan inofensivo como llevar libros, computadoras y demás materiales de estudios.
Con esta decisión Texas se une a otros estados, entre ellos Colorado, Idaho, Kansas, Mississippi, Oregon, Utah y Wisconsin donde la tenencia de tales artefactos es legal siempre que los estudiantes tengan más de 21 años.
Hay otros lugares donde la cuestión no está legislada, pero las autoridades le otorgan facultades a los dirigentes de los altos centros de estudios para adoptar, si así lo consideran, una medida similar.
Detrás de esto está la Asociación Nacional del Rifle, una organización conservadora, racista y reaccionaria que tiene un enorme poder en ese país.
De acuerdo con los postulados de esta entidad, compuesta por unos cinco millones de afiliados muchos con ideas rayanas en el fanatismo, la regulación estatal de la posesión y uso de armas de fuego es dictatorial, enemiga de las libertades y del individuo y adversa, oigan esto, a la clase media blanca estadounidense.
La asociación ha bloqueado en los últimos 50 años todo intento de límitar la venta de estos instrumentos, incluidos fusiles de asalto de grueso calibre, así como del financiamiento de un estudio de salud pública sobre sus consecuencias.
Mentes lúcidas y sensatas en la nación norteña rechazan la teoría de que la proliferación de armas garantiza la seguridad de las personas y señalan que, por lógica, entre más circulen por las calles, más personas morirán.
David Smith-Soto, profesor de la Universidad de Texas en la ciudad de El Paso, recordó que en los últimos 25 años ocurrieron 70 masacres en el país y en el 75% de los casos los autores compraron legalmente las armas utilizadas.
Smith-Soto señaló que si la ley se promulga, nadie podrá impedir que un maniático entre en su aula y les dispare a todos, gracias a que el Estado le proporcionó una manera legal de perpetrar semejante tropelía.
Estados Unidos es un país con elevados índices de violencia donde cada día, según la oficina de Estadísticas del departamento de Justicia, son asesinadas a tiros 33 personas y sólo en 2011casi medio millón fueron víctimas de un delito cometido con armas de fuego. En estas condiciones, aprobar la difusión de armas es algo más que una mala idea, si no fuera porque resulta un buen negocio para alguien.
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