Por.Enrique Dámaso Rodríguez Betancourt
El pasado 21 de Mayo en la ciudad de Morón se realizó un evento por el IX aniversario de los Alcohólicos Anónimos en esta ciudad, allí la amiga de Alcohólicos Anónimos Yamila Ferrá Gómez,leyó estas palabras desde lo más profundo de su corazón y de una forma unánime impactó a los que participamos en este evento de la Sociedad de Alcohólicos Anónimos. Ella lo tituló ÁNIMO, ahí les va:
Recientemente se realizaron los exámenes de ingreso a la Educación Superior y un alumno me envía un sms donde decía que había salido mal en la prueba de matemática y que estaba muy triste, yo le respondí con una sola palabra: ánimo; el finalmente aprobó el examen y cuando supo la nota vino a verme y me agradeció por aquella palabra mágica que lo tranquilizó y le dio fe.
No le conté cómo llegó esa palabra a mi vocabulario y acción fue una noche de marzo de 2016 cuando donde de la mano de Enrique Dámazo, periodista, vecino y amigo llegué a una junta informativa de Alcohólicos Anónimos, alguien dio su testimonio y comenzó a llorar, al unísono todos los presentes dijeron ánimo y la persona recuperó la fuerza y siguió contando su historia, esa noche una alumna, la actual capitana del proyecto Las barcas de cristal, contó su experiencia con el padre alcohólico fallecido por esta enfermedad, ella y su hermanita comenzaron a llorar y de nuevo todos dijeron ánimo, entonces comencé a entender que ánimo no es una palabra mágica, es una palabra de amor, de amor profundo al prójimo.
¿Qué he hecho por los Alcohólicos Anónimos?: pasar el mensaje de esperanza a mis alumnos, compañeros de trabajo y a los tripulantes del proyecto Las barcas de cristal; contar sus anónimas historias que solo yo sé que pertenecen a hombres y mujeres, jóvenes y adultos los cuales no puedo revelar sus nombres que han enderezado el timón de sus vidas gracias a Alcohólicos Anónimos; gracias al poder superior o a un Dios amoroso como cada cual lo conciba; gracias a que cuando quebrantados por la dureza de sus testimonios afloraban las lágrimas voces necesarias decían ánimo.
Es poco lo que he hecho, es poco, para quienes merecen el reconocimiento de la sociedad por demostrar que el cambio es posible; solo quiero pedirles que me consideren parte de esta hermosa comunidad no para venir a dar un tema o leerles algo e irme, sino para acompañarlos y servir a esta comunidad que me ha dado espiritualidad y confirmado la fe en el mejoramiento humano, ese que decía Martí en el prólogo al Ismaelillo, pero por sobre todas las cosas cuando la vida me ha golpeado desde el punto de vista laboral, de salud o social he escuchado una voz interior, eco de las voces de los hermanos que me dicen ÁNIMO.
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