Por octava sesión consecutiva desde el inicio de año, la cotización del barril de Brent prosigue su rally bajista y este martes ha cerrado a 30,86 dólares, un mínimo que no marcaba este tipo de crudo —el de referencia en Europa— desde abril de 2004.
El derrumbe acumula ya un retroceso del 19,5% desde que el 3 de enero se situase en 38,35 dólares, un nivel ya de por sí bajo teniendo en cuenta el máximo de 126,22 dólares que llegó a costar el barril en 2012. Morgan Stanley advertía este lunes de que el precio del barril de Brent podría descender hasta los 20 dólares.
Por Hector Garrido
Morgan Stanley advertía este lunes de que el precio del barril de Brent podría descender hasta los 20 dólares si continuaba la apreciación del dólar. "Una apreciación de esta moneda del 5% podría tumbar del 10 al 25% el precio del barril", decía el análisis del banco estadounidense, que coincidía con uno similar realizado por Goldman Sachs el pasado mes de diciembre.
Otro banco, el británico Standard Chatered, es aún más pesimista y estima en 10 dólares el precio al que podría descender el barril. "Esta reciente bajada está enmarcada en una crisis económica en ciernes", asegura a 20 minutos Mariano Marzo catedrático de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona, que augura un "panorama bajista" en los próximos tiempos al que "no ve freno". Este mismo martes, la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ha considerado también el escenario de petróleo barato una realidad que podría prolongarse durante "un período sostenido". ¿Qué factores impulsan a la baja al petróleo?
Existen varios motivos para este rally a la baja: por un lado, la crisis económica en China que ha estancado el consumo mundial de petróleo y ha presentado un panorama sombrío en los países emergentes que dependen del tirón de la demanda del gigante asiático, la segunda economía del planeta. "La situación económica es menos boyante de lo que quisiéramos y la demanda de crudo no está tirando como debería", incide Mariano Marzo.
La OPEP está más dividida que nunca y no es capaz de tomar una decision conjunta de restringir la oferta. La fortaleza del dolar es otro de los factores que afecta a la bajada del precio, puesto que el crudo cotiza en los mercados en divisa estadounidense. La reciente subida de los tipos de interés en Estados Unidos favorece la apreciación del dólar y la depreciación del yuan hace también más caro para China la adquisición de barriles de petróleo. "Un dólar fuerte retrae la demanda", analiza el experto de la Universidad de Barcelona (UB).
Las políticas que toman los productores de crudo también están tirando los precios a la baja. "Están en guerra entre ellos, la OPEP está más dividida que nunca y es incapaz de tomar una decision conjunta de restringir la oferta", considera Mariano Marzo. El exceso de oferta en el mercado por la introducción de nuevas técnicas como el fracking —la fracturación hidráulica de hidrocarburos ha elevado las producción de EE UU hasta acercarle al liderazgo como máximo productor mundial— y la negativa de Arabia Saudí a cortar su grifo para no perder cuota de venta, también han contribuído al abaratamiento del crudo.
¿A quién beneficia un petróleo barato... El impacto de la caída del crudo de este año se reflejará la próxima semana en el precio de las gasolinas, cuando se publique el Boletín Petrolero de la UE con los datos recogidos en los surtidores del espacio comunitario.
Pero la bajada no tendrá una proporción similar a la del petróleo. La apreciación del dólar frente al euro y la integración de los precios de la distribución y refinería —independientes de la cotización del crudo— atenuarán la caída en el precio de los carburantes. Entre los beneficiados por la caída del precio del petróleo se encuentran, consecuentemente, los ciudadanos españoles, que pagarán menos por llenar el depósito de su vehículo y tendrán más dinero disponible para el consumo.
También las empresas, que pagarán menos por los costes de transporte y sus costes energéticos. Y finalmente salen ganando las arcas del Estado español, que importa el 99,6% del crudo que consume. Los presupuestos generales que el Gobierno aprobó para 2016 se calcularon para un precio medio del petróleo de 68,8 dólares/barril. El ahorro se acercaría a los 17.000 millones, con un petróleo a 30 dólares durante todo el año. ... y a quién perjudica? ç
La caída del precio del crudo es un verdadero desastre para los países productores cuyos ingresos dependen de la explotación de esta materia prima, como los estados del Golfo Pérsico, Nigeria, Venezuela o Rusia.
Precisamente este lunes, el exministro de Finanzas Alexéi Kudrin, advertía de que lo peor para la economía de su país "podría estar aún por llegar" si se cumplían los pronósticos de Morgan Stanley o de Goldman Sachs el petróleo se mantenía en este precio durante un prolongado período de tiempo. El Gobierno de Nigeria, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha asegurado por su parte que el grupo debería reunirse de urgencia, especialmente si el precio el barril baja de los 30 dólares.
En el caso nigeriano, su coste de producir un litro de petróleo (31 dólares) ya supera al precio de mercado y extraer este hidrocarburo, por lo tanto, ha dejado de ser rentable para ellos incluso bombear el líquido negro. Las petroleras tendrán que ajustarse con recorte de gastos, ajsutes de plantilla y de inversiones.
Lo mismo ocurre con otro países emergentes como Colombia, Angola, Noruega o Brasil. Y el presupuesto de Rusia, que se nutre sobre todo de los ingresos por la venta de petróleo y gas, podría sufrir recortes en sus partidas sociales si el precio no escala de vuelta a los 50 dólares, tal y como ha calculado el Gobierno de Putin en su presupuesto para 2016.
¿Y las compañías petroleras? El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, advertía en noviembre ante el Comité Español del Consejo Mundial de la Energía, del "riesgo"de un período prolongado de precios bajos de los hidrocarburos porque "destabilizaría" la economía de los productores y "desincentivaría la inversión en el sector". Y si no hay inversión, según Imaz, cuando la demanda vuelva a crecer no habrá infraestructuras que puedan satisfacerla, lo que dispararía el precio y "arriesgaría la recuperación".
"Las compañías se tendrán que ajustar a la nueva realidad del mercado, recortando gastos y eliminado inversiones a futuro", vaticina Marzo; "tendrán que ajustar mucho costes de plantilla y cambiar sus estructuras para estos tiempos de precios bajos". Precisamente este martes, BP ha anunciado el despido de 4.000 personas hasta finales de 2017 en tareas de exploración y producción y Petrobras una reducción del 24,6 % de las inversiones que tenía previstas hasta 2019. Repsol ya anunció en octubre 1.500 despidos durante los tres próximos años.
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