Por: Iroel Sánchez
No recuerdo un hecho en las últimas décadas en Cuba en que un estadounidense haya sido tratado con hostilidad. Todo lo contrario, la mayoría son recibidos como amigos.
Artistas, deportistas, políticos, periodistas y religiosos que han viajado a Cuba a lo largo de estos años han sido objeto de un trato respetuoso. Muchos de ellos han terminado siendo aliados de los cubanos en batallas por modificar situaciones que han enfrentado a La Habana y Washington como la lucha contra el bloqueo, el regreso a la Isla del niño Elián González o la libertad de los cinco antiterroristas cubanos que permanecieron quince años en cárceles estadounidenses.
La amistad entre Fidel y el expresidente norteamericano James Carter es uno de los más conocidos casos pero dista de ser el único. Recientemente Fidel recibió a Joan Campbell, la reverenda que siendo presidenta del Consejo de Iglesias de Estados Unidos jugó un importante rol en la lucha por el retorno de Elián. Otro religioso, el reverendo Lucius Walker, fundador y líder de la organización Pastores por la paz, que desde los años más duros de la crisis desatada por el fin de las relaciones económicas de Cuba con la URSS, en que se recrudeció oportunistamente el bloqueo, encabezó las caravanas para transportar ayuda humanitaria hacia la Isla.
Varias veces reprimidos, los miembros de Pastores por la paz, llegaron hasta a verse obligados a arriesgar sus vidas en huelgas de hambre para que el gobierno estadounidense les devolviera ayuda solidaria reunida a su paso por ciudades de EE.UU. y Canadá con destino a instituciones educativas y de salud en Cuba.
Un producto preferido en los decomisos a Pastores por la paz han sido las computadoras. En 2012, estando ya en la Casa Blanca Barack Obama, a la caravana le fueron decomisadas seis computadoras con destino a hospitales y escuelas cubanas. Escribí entonces:
“La presencia de palabras como, “computadoras”, “religioso”, “confiscó” “Estados Unidos” y “Cuba”, debería garantizar la inmediata difusión de esta noticia pero asombrosamente al colocar esos términos en buscadores de Internet, compruebo que el suceso sólo es relatado en órganos de prensa cubanos.
“Sin embargo, de todos modos, la búsqueda arroja algo interesante. En la segunda página de resultados ofrecidos por Google aparece un despacho de la agencia francesa AFP del 19 de julio de 2007 que recoge cómo “las autoridades norteamericanas decomisaron 12 computadoras a la caravana al cruzar la frontera con México”. Esa misma información afirma que “en 2005 el Departamento de Comercio confiscó en la frontera 43 cajas de computadoras y equipos para hospitales, devueltas sólo 10 meses después”.
“Somos, vecinos, podemos ser amigos”, ha dicho Obama este 1 de julio. Pero muchos estadounidenses y cubanos hace rato que lo somos.
En un ambiente en que el presidente de EE.UU. se ha sumado a los que se oponen al bloqueo, la XXVI caravana de Pastores por la paz acaba de entrar en territorio estadounidense procedente de Canadá, es de esperar no se repitan capítulos como los de 2012 y 2007.
“Es una demostración de que no tenemos que estar atrapados por el pasado; de que si algo no funciona, lo cambiamos y seguimos adelante”, ha dicho Obama en ocasión del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU. Ahora que “podemos ser amigos” el trato de su gobierno a aquellos norteamericanos que -como Pastores por la paz- hace tiempo lo son de la Revolución cubana, y de las escuelas y los hospitales con que esta inundó la Isla, debe cambiar.
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