Las Cumbres de las Américas (CA) comenzaron en 1994, en
Miami, como mecanismo de sujeción de América Latina y el Caribe (ALC) a Estados
Unidos.
Entrado en vigor el TLCAN en México ese mismo año, su
objetivo era extender del río Bravo a la Patagonia la anexión y recolonización
por Washington de nuestras naciones a través el Área de Libre Comercio de las
Américas(Alca). El Alca se suponía que fuera aprobado como un mero trámite en
la CA de Mar del Plata (2005). Pero ya en la de Quebec, en 2001, había lo que
nadie imaginaba.
Fuente.Radio Habana Cuba
Ante la incredulidad de una mayoría de gobernantes serviles,
Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, dejó plasmado
de su puño y letra y calzado con su firma en el documento final su rechazo al
engendro anexionista. Hay que remontarse a aquella época para calibrar la
dimensión histórica de la actitud asumida por Chávez en medio del ambiente
triunfalista predominante en la derecha internacional, con la Unión Soviética
desintegrada, el socialismo presuntamente muerto y el anuncio por los ideólogos
del imperio estadunidense de un mundo de eternos libre mercado y democracia
liberal. Pero el venezolano sólo estaba avisando de una rebelión mucho mayor.
Detrás de aquel gesto estaban el caracazo, el alzamiento
indio de Chiapas, las puebladas que ya anunciaban el advenimiento de gobiernos
nacional-populares en Argentina, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil y Uruguay.
Fue en la CA de Mar del Plata, en 2005, cuando en la cresta
de una gran ola de rebeldía de los pueblos de nuestra América contra el
neoliberalismo, la acción mancomunada de Fidel, Chávez, Kirchner, Lula y Evo
–desde la calle, aún no era presidente– hundió el Alca para siempre y marcó un
punto de giro sin retorno en la historia de la patria grande.
Después nada fue igual en nuestras tierras. Con Chávez y
Fidel había nacido la Alba en La Habana, en 2004, que luego sumaría, además de
Venezuela y Cuba a nueve países más, y surgieron la Unasur en 2007 y la Celac
en 2011.
En la siguiente cumbre de Puerto España (2009) ALC exigieron
la presencia de Cuba y el levantamiento del bloqueo que hoy la sigue
asfixiando. En la que se celebró después en Cartagena (2012) todos los
mandatarios expresaron categóricamente su negativa a concurrir a otra Cumbre
donde no estuviera La Habana invitada.
Ello explica en parte el acuerdo al que arribó el presidente
Barack Obama con su par de Cuba, Raúl Castro, de anunciar el 17 de diciembre
del año pasado el inicio del proceso hacia el restablecimiento de relaciones
entre Cuba y Estados Unidos. Y es que Washington no podía llegar a esta CA sin
algún cambio positivo hacia Cuba que presentar ante los mandatarios de la
región. No pudo lograr el inquilino de la Casa Blanca tener una embajada en la
capital cubana al llegar a la Cumbre de las Américas como era su deseo.
Y es que Cuba no acepta que puedan restablecerse las
relaciones sin que Obama ordene sacarla de la espuria lista de patrocinadores
del terrorismo, aunque algo parecería moverse raídamente en esa dirección.
De la misma manera, ya un alto vocero de la Casa Blanca se
vio obligado a moderar la retórica pues la protesta internacional y del pueblo
de Venezuela que ha firmado por millones contra el arrogante decreto de Obama
es creciente. Señal del cambio de época liderado por Chávez, el Alba, Unasur y
la Celac han pedido su revocación.
Por eso, según el vocero, Caracas no es amenaza sino que así
dice el formato de todos los decretos presidenciales para sancionar a otros
países. Pero nadie en Washington habla de derogarlo ni hasta este minuto de
establecer un diálogo con el gobierno bolivariano, que es lo que exigen los
pueblos y gobiernos de ALC. Es hora de que la gran potencia ponga fin a la
guerra no declarada contra Venezuela que ya dura casi 15 años e inicie un
proceso de normalización de relaciones. Es hora de que terminen ridículas
declaraciones injerencistas como la reciente contra Argentina.
Estados Unidos no puede ser ajeno a la grotesca presencia en
los foros paralelos de la CA de sus mercenarios y contrarrevolucionarios
diciéndose representantes de las sociedades civiles de Cuba y Venezuela. Como
tampoco del miserable asesino del Che Guevara.
¿Qué habría dicho Chavez, que siempre fue un ardiente
defensor de Cuba? Puede uno imaginar al gran ausente-presente en la CA
esgrimiendo su recia voz y su dedo acusador contra el imperio. Otros lo harán
por él. Allí estará, como en la Cumbre de los Pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario