La economía cubana tuvo un comportamiento notable en 2015 al crecer el Producto Interno Bruto 4%o en circunstancias difíciles por el bloqueo estadounidense, con tenaz persecución a las transacciones financieras.
La más reciente reunión del Consejo de Ministros puso de relieve que Cuba padece aún restricciones de ese origen, si bien contó con anticipos de liquidez y de contrataciones avanzadas de los créditos y de su ejecución.
Además, la economía nacional recibió el aliciente por la propensión a la baja de los precios de las importaciones.
Todos los sectores productivos de la economía cubana crecieron en 2015 en relación con 2014, pero la agricultura, industria azucarera, construcción, transporte, almacenamiento y comunicaciones incumplieron con la planificación.
En la agricultura, ganadería y silvicultura el ascenso fue de 3,1%, inferior al compromiso en 2%, fundamentalmente por la baja en los aportes de hortalizas, tabaco, leche y arroz.
Para entender mejor el ejercicio económico cubano en 2015 debe recordarse que 2014 concluyó con un tenue incremento de 1,3%, por debajo del 2,2 predicho.
En el año en curso, el rumbo favorable se reflejó en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana, señalada como la puerta de entrada de Cuba al comercio internacional.
Charlie Baker, director general de la Terminal de Contenedores de Mariel, cuya primera fase fue inaugurada en enero de 2014, informó que las operaciones crecieron 50%, motivado por el dinamismo de sectores de la economía, en especial el turismo.
Entre los aspectos a destacar durante 2015 figura la aplicación de la Resolución Nº 17 relativa al pago de salarios en las empresas estatales, asociado a la eficiencia, aprovechamiento de la jornada y reducción de gastos y costos.
Ese instrumento legal debe estimular a los trabajadores estatales a hacer mayores aportes.
En el primer semestre del 2015 la productividad del trabajo aumentó 30 % respecto a lo planificado y el salario mensual por obrero ascendió a casi 700 pesos, para un crecimiento de 12% en relación con el plan.
Sin embargo, la economía cubana no escapa del efecto negativo de la sequía, un hecho que se suma a las consecuencias de los precios a la baja de las exportaciones nativas.
Será entonces ineludible en 2016 priorizar la reparación y mantenimiento y ser más eficientes en la agricultura y el empleo de los recursos que el plan de la economía destinará a cada sector.
Si bien los resultados del año a punto de concluir son alentadores persiste en Cuba el imperativo de redoblar el trabajo cotidiano para atender en lo posible las necesidades acumuladas durante los últimos años.
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